Adorei essa notícia, de hoje, do Clarín. Cada dorminhoca custa 100 pesos.
Un momento de tranquilidad entre tanta furia. En pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, donde la gente anda cargada con sus preocupaciones financieras y laborales, se abrió el primer “siestario”: un lugar para ir a dormir la siesta, con aromas y colores adaptados a la personalidad de cada uno.
Es un proyecto privado que invita a relajarse después del mediodía y suma a la Argentina a la tendencia mundial que está dando más valor a la siesta. En Japón, Estados Unidos, Inglaterra, y Australia ya hay empresas que ofrecen servicios similares; o se lo estimula desde lo público, como en Francia.
Cada sesión de siesta con la ayuda del coach (que le sugiere ejercicios de visualización o de relajación) cuesta como mínimo 100 pesos. También incluye la posibilidad de tomar té, sugerido por la reconocida sommelier Inés Bertón. Y al despertar, el lugar está iluminado con una luz de color adaptado al ánimo que vive cada cliente.
A matéria completa está AQUI.
Lo que faltaba: garpar para poder hecharse una siesta! Si en 20″ voy a tener que ponerme con 100 mangos, no pego un ojo!
Ahora…si además del “tesito”..agregan una señorita de piernas largas que ayude con un masajito…yyyyy….me relajo un poco más…no?
Dear Ernest,
si te das una vuelta por el microcentro verás que esa otra antigua institución también existe.
Ah! no sabía…yo y mi ingenuidad!
ok, muito legal! porém caríssimo!! será que vai vingar?